Despertamos y rapidamente nos enfundamos nuestros maillots para hacer una salida larga por las cercanía de Breda, nada mas empezar ya nos perdemos y esa fué la tónica de la salida, nos vimos obligados a subir terraplenes, atravesar rios y cruzar vias de tren para llegar a nuestro destino.
La vuelta se alargó mucho más de lo esperado y la pregunta más escuchada fue -"Estas seguro que es por aquí?" -"No" pero aún así conseguimos volver y nada más llegar Bruno protagonizó el primer pinchazo
Nos metimos en la furgo y partimos direccion Amberes para ir ya al fin a Bélgica, aparacamos en el puerto y nos pusimos de mecanicos a arreglar el pinchazo y dimos una vueltita nocturna por la ciudad y por su barrio rojo que creiamos que solo estaba en Amsterdam pero este seguro que no tiene nada que envidiar
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